629 792 651

Psicopedagogía 

La dislexia es la dificultad para aprender e identificar las letras y palabras. Aparece especialmente en los cursos iniciales en los que se aprende a leer. Puede mostrar errores como cambiar una letra por otra, rotar letras ("plusa" por "blusa"), invertir el orden ("palya" por "playa"), inventarse las palabras ("lucha" por "luchar")…Es probable que le cueste la comprensión, así como seguir el ritmo de la clase. La dificultad en el aprendizaje de la lectura desencadena generalmente un retraso escolar y el niño pueden empezar a tener problemas de autoestima.
Un niño tiene digrafía cuando tiene problemas para escribir correctamente las palabras, no se refiere solamente a tener "mala letra". Se pueden detectar en los primeros curos de la educación primaria. Se observan errores de sustitución de una letra por otra, unir dos palabras que se escriben separadas o separarlas inadecuadamente ("ala calle" por "a la calle"), invertir el orden de las letras ("el" por "le")… A medida que avanza en los cursos escolares puede mostrar problemas para realizar redacción, presentando dificultad para ordenar y estructurar las ideas.
La discalculia se refiere a problemas para el aprendizaje de las matemáticas. Aparecen en el inicio de la escolaridad. Las dificultades pueden manifestarse en diferentes grados, por ejemplo problemas para escribir los números correctamente, para aprender a realizar operaciones matemáticas básicas (suma, resta, multiplicación y división), o para la realización y resolución problemas de razonamiento.
El fracaso escolar es cuando el niño no es capaz de alcanzar el nivel de rendimiento medio esperado para su edad y curso. Generalmente para valorar el éxito o el fracaso de los niños, los padres y profesores se guían por las calificaciones. Los suspensos generan en los padres y el escolar una percepción de dificultad para superar ese desfase. Para saber el origen del problema es necesario hacer un diagnostico y descartar trastornos de aprendizaje, emocionales, trastorno por déficit de atención, retraso cognitivo, etc.
Tener habilidad para el estudio implica que el niño ponga en marcha una serie estrategias para facilitar un rendimiento escolar. Muchos niños adquieren estas habilidades de forma intuitiva y gradual, es decir, nadie se las enseña de manera directa. Sin embargo, hay otros, que no acceden a ellas de esta manera y por lo tanto, requieren que se les enseñen para optimizar su rendimiento. Las técnicas de estudio implican diferentes recursos de memorización, atención, organización, abstracción, capacidad de síntesis…Es necesario valorar qué aspecto/s se encuentran deficitario/s.